viernes, febrero 22, 2008


LA MIRADA DEL CÍCLOPE BORRACHO.

Me pidió una manzanilla mirándome con su ojo bueno, el otro, el de crital, se mantenía medio cerrado y lloroso, tras limpiarlas con un pañuelo se puso de nuevo las gafas.
Estarían sonando los Ramones, o los Jam, o los Pixies qué se yo, eso
el Kiko, a pesar de sus sesenta y siete años y su amor por La Niña de la Puebla y Farina se lo pasaba por el forro, e incluso a veces, cuando estaba en la fase mas contenta de la borrachera se marcaba un conato de baile mirando a alguna chica, haciendo el payasete conseguía sacarle una sonrisa a alguna de las tantas jóvenes y jipiosas que frecuentaban "El Peligro", mi bar.

-Rubito, ¿no estará remontá? ¿cuánto hace que abriste esa botella?-
-Tranqui Kiko que la abrí ayer para mismo mamón, que ya ni te acuerdas.-
-Bueno ayer, de ayer no me acuerdo, el Ricardito me dio a fumá eso que fumáis ustedes y acabé bebiendo chupitos de güisqui con él y sus amigos los peluos.-
-Si ya te vi, si las niñas te tuvieron que llevar a casa.-

El Kiko vivía a doscientos metros del Peligro así que a menudo acababa la borrachera en mi bar, siempre venía ya cargado pues sus viejos píes de Albañil, jubilado y tuerto, no pisaban otro suelo que no fuera el de los bares, la calle y su casa.
En el apogeo de la melopea se ponía a desentonar por Machín:

"Tengo una debilidad
no sé porqué será
lo noto en tu miradaaaa"


Ya servida la manzanilla, fina y de Sanlúcar, se puso a removerla, a mirarla, a olerla, dándole por fin un sorbo y asintiendo con la cabeza.

-Está buena Rubito, está buena.-
-Buena está aquella rubia que hay en la esquina Kiko, esa si que está buena.-
El Kiko volvió la cabeza buscando a la rubia.
-Pero esa es tu novia mamón.-
-Ya, pero está buena o no está buena.-

Sin hacer más comentario sacó su cajetilla de Ducados, del negro, que del rubio no había entonces, y encendió un cigarrillo.
Tosió, maldijo y se cagó en los curas, las gafas se le empañaron del esfuerzo así que se las quitó de nuevo y las volvió a limpiar con su pañuelo de tela, de esos que ya no se usan.

-Pues el médico ma dicho otra vez que si no dejo el tabaco y el vino me muero, lleva diciéndomelo quince años pero yo aquí sigo, el problema es mi hermana que quiere que me arrecoja en mi casa y no me deja viví.-

Aparte de su hermana el Kiko estaba solo, su mujer se fue con los niños hacía ya años y acabó en Barcelona, se fue a la otra punta de España, no sé porqué pues creo que el Kiko no hubiera ido a buscarla ni a la vuelta de la esquina.
Mucho antes había perdido el ojo en alguna batalla callejera, debido a una pedrá que le propinó algún guerrero de barrio armado con tirachinas .
Era pequeño de estatura y calvo, y las arrugas de su rostro estaban impregnadas de mala vida, de humo de tabaco y putas yonquis de a quinientas pesetas la mamadita.


-Que sí Rubito, que la puta de mi hermana mestá puteando y dice que si no dejo el vino me mete en un centro para viejos, y yo antes muerto que en un sitio desos.
Fijate lo que te digo, antes dejo el vino que me dejo meter en ese lugar, esos lugares son peores que el cementerio.-
-Hombre Kiko, no sé que decirte.-

Efectivamente, no sabía que decirle.


Esa fue la última noche que lo vi dentro de un bar, dejó de venir y también de frecuentar los demás bares y tabernas de las que era parroquiano de honor.
Un mes más tarde me lo encontré por la calle, estaba más delgado y el rojo tinto de su rostro se había vuelto blanco mortecino, su andar era menos alegre.

-Hey Kiko, que alegría verte.-
-Qué pasa hombre.-Me dijo desde otro mundo.

En cierto modo me esperaba su reacción distante, como si no me conociera, estaba claro que había dejado de beber y de fumar pero también estaba claro que había dejado la memoria a un lado atiborrándose de tranquilizantes, lobotomizado por consejos de matasanos y familiares.
Olvidar para dejar de pensar en los buenos momentos, en los días de vino y charla con codo en barra, olvidar el olor y la alegría de los bares para hacer más llevaderos los últimos momentos, sin vino, sin tabaco, sin la anestesia al dolor que te proporciona un coño.

Mientras se liaba un canuto Ricardito me lo contó, tras la primera calada sus palabras cruzaron el humo gris y dulce del cannabis hasta llegar a mis oidos, habían pasado dos meses desde mi encuentro con el Kiko en la calle, un hecho tan sencillo pero imposible de repetir.
El Kiko había muerto.

Fin.

lunes, febrero 11, 2008

EL ESCRITOR .I

Huyendo de las cucarachas y la humedad, a finales de septiembre, cuando todos se van y los mercaderes del techo veraniego han calmado el hambre de sus cuentas bancarias acabé viviendo en las Casas Amarillas de la playa, terraza al mar, piscina y tranquilidad invernal, eso sí, era un sitio caro aún en invierno y habría que compartir la casa con "Pelopincho", un compañero de trabajo, un tipo realmente curioso.

Nuestra terraza daba a poniente así que las tardes se fueron haciendo mágicas, sacar los altavoces, un libro , fumar, el placer allí se multiplicaba a cada rayo de sol.
Conocimos a algunos vecinos, cuatro gatos en Invierno que se cagaban en la puta madre de todo Dios en Verano.
Pero entre los vecinos estaban Güido, un italiano buena gente y su novia Mariluz, una española también muy buena gente además de guapa.
Las partidas de ajedrez con Güido eran momento especial, fumando porros en nuestra querida terraza dábamos Jake Mate a la tarde, al sol.
Para mi felicidad, Mariluz deseaba aprender la ciencia de los escaques y me tomó como maestro, la guapa Mariluz.

Un poco más separada estaba la casa de Roberto, no le conociamos pero nos habían dicho que era escritor, un escritor de verdad, con novelas editadas y traducidas a otros idiomas.
Vivía con su mujer, Clara, una guapa morena de cuerpo estilizado y andares llenos de curvas.

Los conocí de casualidad, en una comida a la que me invitó mi amiga Marina y a la que también estaban ellos invitados. Conocerlos fué todo un hallazgo.

A partir de ahí el escritor empezó a pasar por casa, atraído sobre todo por mi colección de discos, a cambio de ellos nos regalaba momentos especiales y frases lúcidas.
Ese tipo era una enciclopedia, pero lo mejor de todo es que era una enciclopedia extremadamente divertida.

Cuando se iba de casa después de haber estado un rato vicheando discos, nosotros nos quedábamos riéndonos, comentando sus paridas y preguntándonos cómo una cabeza podía tener aquellas ocurrencias.
En ese momento eramos conscientes de su talento especial, hartos de ver en los medios de comunicación a escritores aburridos y carcas nos encontrábamos con aquello, y en nuestra propia casa.
Mis visitas a su hogar también empezaron a producirse, tenían unos horarios totalmente nocturnos y la casa estaba llena de libros, películas y discos.
Me avergonzaba un poco que un tipo que no era andaluz supiera infinitamente más que un servidor sobre flamenco, qué cojones, habrá que ponerse al día, habrá que presentarle respeto a los monstruos del cante, el toque y el baíle.
Hace unos días, ahora que llevo casi dos años viviendo en otro sitio y por tanto casi dos años sin verlos.
Decía que hace unos días, viendo la película Flamenco de Saura me acordé de él, me acordé de él durante toda la película y me acordé aún más cuando salió Ruben Dantas, con Paco de Lucía y demás monstruos.
Deseé que hubiera estado aquí, compartiendo la película, por el simple placer de aprender divirtiéndome, que es la única forma de aprender que yo conozco.

Mis saludos a esa familia.

SEGURAMENTE CONTINUARÁ...SI LA MUERTE ME SIGUE PERDONANDO.
EL ESCRITOR. II

Por aquel entonces un servidor trabajaba de albañil, trabajo gris pero lleno de artistas y de arquitectos sin título, yo no era artista, ni arquitecto, pero no había otra cosa y esnifaba polvo de ladrillo por dinero, el puto dinero.
Lo peor que tienen estos trabajos es que llegas a casa sin ganas de nada y con el olor a cemento impregnado en la piel, en cada surco de la piel.
Por no hablar de las manos o los pelos, desde los de la cabeza hasta los de la nariz, no he visto nunca polvo más adherente a la pelopiel que el cemento.

Como decía, por aquel entonces curraba de albañil y el escritor lo sabía.
Así que cuando su casero le cortó el agua vino a buscarme, me cogió volviendo del trabajo, rebosado cual croqueta calcárea y ya casi en el umbral de mi casa.

-Hey vecino necesito un fontanero, el maricón de mi casero me ha cortado el agua, es que ya sabes, me quiere echar y eso.-

-Roberto , no se si sabes que encontrar a un fontanero disponible es más difícil que cantar por Toronjo. El que nos trabaja a nosotros trabaja también de policia municipal y pa cogerlo libre hay que echar instancias.Sí, ya sé, antes los municipales tambien te vendían seguros, ahora son hasta fontaneros.

-Bueno tío, ya veré lo que hago, es que el hijoputa me ha cortado también la luz, en fin, ya te cuento.

Sentí no poder ayudarle y es que en verdad yo no tenía ni puta idea de fontanería, ni siquiera de albañilería. En ese momento yo sólo tenía idea de dónde estaba mi casa, mi ducha y mi sofá.Menos mal que ya era viernes.
Se fué mascullando algo ininteligible sobre un "maricón hidroélectrico".

Ese día me dí cuenta de que mi estimado vecino duraría poco en ese barrio.

Esa noche hicimos una fiesta improvisada, Pelopincho, unas amigas y yo nos desmadramos de lo lindo, a las tres de la mañana apareció la policía.

Acabada la fiesta me dí cuenta que nosotros, irremisiblemente, también durariamos poco en ese barrio.

Fin....por ahora.

Y tranquila...no te diré "te quiero" cuando nos separemos.

sábado, febrero 09, 2008

Apareciste de repente y el misterio metió gusanos en mi estómago.Y urgencia en mi piel.
Urgencia en mi piel por unir nuestras pieles.

UNA HISTORIA TRISTE.

Cuando Alberto conoció a Cristina se celebraban las fiestas populares y su encuentro coincidió con el último dia de feria, ése en el que se lanzan los fuegos artificiales. Y no sólo eso si no que se conocieron a la hora de los cohetes, cuando el cielo se llena de colores y el olor a pólvora se mezcla con el olor a fiesta. Y Alberto no pudo pensar otra cosa: aquello estaba preparado para ellos.
Para los tres. Porque conoció a Cristina a través de su amante, Elsa, élla fue quien los presentó. Y hubo chispas, y una foto abrazados tirada por Elsa. Y miradas. Y roces y caricias.
Y acabaron los tres en casa de Alberto. Y aunque Alberto tenía manos, besos y palabras para las dos, los celos pudieron con Elsa, aquello no acabó bien. O mejor dicho, aquello se quedó a medias. El deseo roto, el olor a sexo en el aire. Y Cristina se marchó. Alberto tambien se marchó, aunque su cuerpo siguiera junto al de Elsa.
Y pasó el tiempo y no se volvieron a ver; hasta que un dia Alberto y Elsa se encontraron de nuevo, y acabaron en la cama. Y Alberto se dividió y folló con dos mujeres. Allí tambien estaba Cristina. Y fue tanta la energía que Alberto puso que Elsa se quedó profundamente dormida. Y era tanto el deseo de Alberto por Cristina que hurgó por primera vez en su vida en la agenda de un teléfono ajeno. Y se apropió clandestinamente del número... pero no la llamó.
"Ya la veré, ya la veré" se decía Alberto inseguro. Para qué llamarla hoy, mañana lo haré.
Y así pasaron los días. No sé lo que hizo Elsa en todo ese tiempo, ni lo que hizo Cristina.
Entre lágrimas, Alberto me contó lo que le pasó a él.
Una mañana cualquiera el teléfono sonó y era Elsa, sus palabras frias dejaron a Alberto marcado ya para siempre. Cristina se había matado en un accidente de circulación. Sólo eso. Ya está. Por no tener no tenía ni la foto aquella que se hicieron abrazados. Recordó su imagen en su propia cama. Sus piernas de terciopelo, sus nalgas de diosa, su lunar en la mejilla. En ese momento la deseó más que nunca y agarró el teléfono móvil.

Buscó en la "C" y apretó "llamada". La voz grabada y metálica de una operadora le devolvió a la realidad. Acto seguido borró el número y...

...y siguió viviendo.

Aunque a veces, de vez en cuando, piensa en élla.

FIN.

Esta historia os puede resultar moña. Quizás sea porque ocurrió de verdad.
Os quiero y, como dice una buena amiga mia: A follar, a follar que el mundo se va a acabar.

miércoles, febrero 06, 2008

CUESTIÓN DE GÜEVOS.

Driblaba que daba gusto y no había Dios (quizás Maradona sí) que le quitara el balón de los pies. Encima era buena gente, defendía siempre al débil y se enfrentaba a matones-armarios de doce años cuando su persona contaba sólo diez. Podría haber llegado muy lejos en el fútbol (y en la vida) si el mundo funcionara lógicamente. Pero en el mundo la lógica se pisa con dinero igual que "el tinglao" pisa la ilusión de la gente con el martillo de la sinrazón. El "tinglao" anula todo lo que se salga del tiesto.
Así su historia quedó en casi nada, fue creciendo y la gente odió su talento, su capacidad para superar a cualquiera. La envidia y el miedo de los demás a quedar en "evidencia" ante su habilidad, nunca antes vista, acabó por asesinar su ilusión.

Driblaba que daba gusto y no había Dios que le quitara el balón de los pies.
Podría haber llegado muy lejos en el fútbol (y en la vida) pero resulta que se llamaba Manuela y que en vez de cojones tenía ovarios.

martes, febrero 05, 2008

LICOR DE MENTA.

Por aquel entonces dormía en casa de mi tía.

Yo empezaba mi primer año de instituto y mi tía acababa de enviudar, sola y sin hijos vivía en unos edificios de cinco plantas junto a mi instituto, así que todo encajaba.
Yo le ofrecía mi compañía a cambio de permisividad condescendiente por su parte, me regañaba impotente cuando llegaba a las tantas pero yo siempre conseguía su promesa de que nada contaría a mis padres, a sus casi setenta años de ignorancia integral no tenía ya fuerzas para luchar contra un bicho malo como yo.

Así las cosas y con la coartada perfecta me pasaba el día en la calle, pisaba poco el instituto y mucho el parque.
Algunas tardes las pasaba en el barrio, en el de mis padres, jugando al fútbol o bebiendo litronas después de jugar al fútbol.

En una de esas tardes, imposibilitado para patear el balón por culpa de un esguince de tobillo se me ocurrió que estaba harto de cerveza y que me apetecía beber algo diferente
Decidido cogí mi BH y me planté en el supermercado, las bebidas que más me gustaban eran demasiado caras así que ojeando entre licores de café, bellota y cosas raras opté por una de color verde.

-Bueno ¿los caramelos de menta están buenos no? Esto también debe de estar bueno.-Pensé.

Así que emprendí el camino de vuelta con mi botella ya comprada.

En el campo de fútbol los chicos del barrio seguían dándole a la pelota así que aparqué mi bicicleta y me senté en las escalinatas traseras al salón de juegos recreativos.
Me encendí un cigarrilllo y abrí la botella.

Una hora más tarde sólo quedaban dos dedos de licor y yo, ajeno a ello todavía, había perdido mis dos dedos de cerebro.
Al montar en la bici fui consciente del tamaño de la cogorza.
Por el camino la borrachera fue creciendo y acabé haciendo eses hasta llegar al portal donde vivía mi querida tía.
No sé si se dio cuenta o no pero en todo caso no dijo nada, me metí en mi habitación y puse música en mi radiocassette Sanyo.
A los quince minutos la oí acostarse, tumbado en la cama el techo daba cada vez más vueltas así que me fui al baño y empecé a largar liquido verde, supongo que el intenso olor a menta mezclado con bilis debió llegar a la nariz porrona de mi tía pero una vez más no dijo nada.
Me levanté varias veces y seguí vomitando hasta la extenuación, acabé deshidratado y con dolor de cabeza y estómago, fatal, una de mis peores borracheras, de hecho aborrecí hasta los caramelos de menta.

La única escapatoria a los mareos de una cogorza es el sueño, no se cuándo ni cómo pero al final conseguí quedarme dormido y escapar de aquella pesadilla.
Ya por la mañana los mareos eran mucho más leves, no así el dolor de cabeza y de estómago.

Así que lo primero que hice fue ir otra vez al cuarto de baño, esta vez con misión diferente.
Al rato, de nuevo el olor a menta llegó a mi nariz, esta vez más suave, mas leve, diría que hasta agradable sin el condimento añadido de la bilis y demás jugos gástricos que largué la noche anterior.
Me levanté y pude verlo; el verde sobre el blanco. Me rasqué la cabeza confundido y extrañado...
...Aquel día comencé a pensar seriamente que mis padres tenían razón, que quizás fuera cierto que yo era un poco extraterrestre.

Fin.

lunes, febrero 04, 2008


PATA NEGRA.

Allá por Cáceres gastan buenos jamones y en esa venta de carretera acababan de descargar unos treinta que reposaban en la barra esperando a ser colgados.
El salón comedor interior estaba abarrotado y en nuestra mesa llevábamos como una hora esperando el primer plato, una sopa de picadillo, esperando y esperando nos habíamos trasegado varias jarras de cerveza e ibamos directos, nosotros sí, de alcanzar el auténtico estado sopa.
Los camareros no daban abasto y el encargado estaba mas solicitado que una puta en la puerta de un cuartel, medio restaurante lo quería linchar y el otro medio le quería cortar los güevos así que el tipo optó por quitarse de enmedio cual Curro Romero perseguido por un Miura.
La sopa llega, está fría como un tempano, la han traido de Siberia por eso tardó tanto.
-Cago en Dios, esto no puede quedar así, dos horas esperando y este tío no da la cara, Ricardo pídete otra jarra joder que no vamos a pagar ni un duro.-
-¿Ni un duro? ya verás tú, este tío se va acordar de este día.- Dice Ricardito levantándose de la silla y encarando su paso vacilón hacia la puerta por donde se había perdido el encargado huidizo, abre la misma y empieza a vociferar:
-Eh tú cabrón que hay aquí un montón de familias que quieren comer, da la cara, como no aparezcas por aquí me llevo un jamón de esos que han descargado.-
-Ostias colega que este es capaz de hacerlo.-me dice Laurita.
No le contesto porque tiene toda la razón, Ricardito es capaz de eso y de mucho mas así que me echo las manos a la cabeza y espero.
En esas que Ricardo ya no está en el salón, ha salido en dirección a la puerta de salida y le hemos perdido la pista.
-Quizás esté en los servicios, para llegar a ellos hay que salir fuera.-Intento tranquilizar a Laura.
-Sí sí, en los servicios, ya te digo el Ricardito.-
A los diez minutos aparece de nuevo con cara sonriente.
-Todo arreglado chicos, el encargado es un tío comprensivo sólo que la situación le ha superado, esto de la hostelería tiene su guasa. Yo por mí me iba tranquilamente. La cuenta también está arreglada.-
Ya en el coche Laura conduce, a ella no le disloca la cerveza tanto como a nosotros, enfilamos la carretera entre montañas dejando la venta atrás, cien, doscientos, trescientos metros y la primera curva.
-¡Para! ¡para! ahí, junto a ese arbusto.
-Pero Ricardo tío ¿porqué no has meado en el bar joder?-
-Tranqui Laurita, es la próstata.-
Sé lo que va a pasar y me tapo la cara con las manos, no sé si reir o llorar, Laura para en la cuneta, la carretera es estrecha, Ricardo baja del coche y se mete entre el arbusto como perro cazador en busca de conejo, se pelea con el matorral, lo remueve, lo agita, sale de nuevo triunfante con algo en las manos, creo que mejor voy a reir, me da a mí que es un patita negra, Laura va abrir la boca para increparle pero no la dejo:
-Tranquila mujer no hay problema... tira pa`lante que en el próximo pueblo compramos pan.-

Fin.
Buenas Noches
Portero de Noche.

domingo, febrero 03, 2008

MI QUERIDO PAPÁ.

-Oye Rubito- me dice mi jefe recién llegado al curro -en la 301 tenemos alojada a una persona importantísima y no debe enterarse nadie ¿ok?-añade antes de que me dé tiempo a sentarme.
-Vale ok- le contesto sin interesarme de quién se trata el sujeto famoso.
-Bueno, en realidad no es alguien importante si no la joven hija de alguién muy importante, pero al caso es lo mismo, hay que ser muy prudentes y discretos. Está con dos amigas, no les vayas a entrar en plan ligoteo ni las perviertas que tú eres capaz de cualquier cosa.
-¡Joder tanto secreto! ¿quién coño será?- me pregunto a mi mismo y en silencio -vale no te preocupes, seré bueno-le digo a mi jefe.

Dentro del hotel hay un bar de copas que se pone hasta la bandera, sobre todo en Verano, así que en época de calores tanto el hotel como las calles que lo circundan se convierten en un hervidero de almas en busca de guasa, drogas y sexo, un manatial de lujuria en forma de piernas, tacones y tetas de silicona.
Desde la ventana de la 102, que está libre, observo la calle, me fijo en las chicas, en sus modelitos , en sus culos, en sus tetas; y estoy tan distraido en ello que no reparo en la presencia de varios sujetos que intentan pasar desapercibidos.
Llega la hora del cierre y todo recobra la paz, la gente abandona el bar y las calles se quedan tranquilas.
Ahora reparo en ellos, son cuatro, repartidos en dos coches que vigilan las dos calles que abarca la fachada del hotel, vestidos con trajes negros, uno de ellos es mujer y escribe en una especie de carpeta; cojo los prismáticos y atisbo tras las cortinas, en la oreja llevan pinganillo y no me cabe duda de que con esos caretos y esas pintas sólo pueden ser americanos de Estados Unidos.
-Joder.- exclamo en voz alta.
-¿Cuatro guardaspaldas yankis? ¿para quién? ¿La hija de un tipo importantísimo?-
A los pocos días veo a la cantante Bebe en la televisión y ella, mediante una canción, me desvela el misterio:
la copla creo que se llama "Mi Padre" y entre otras cosas habla de la silla eléctrica y de un tipo que cuando era gobernador firmó más de 150 sentencias de muerte.
Buscad la canción pués me dijo mi jefe que fuera discreto y uno, que es "muy profesional", se queda bien calladito.
Buenas Noches.
Portero de Noche.

sábado, febrero 02, 2008

CATORCE KILOMETROS.

Una ¡Glup!, dos ¡Glup!, tres ¡Glup!...catorce ¡Glup glup!... quince ¡Glup glup glup!.
Quinientos gramos de hachis en bellotas de a siete y tragadas por el coleto no son moco de pavo y Javi, a sus dieciocho años lo hacía por cuarta vez, se iba dando cuenta de la mierda que se metía en el cuerpo y en la mierda que se metía él mismo.
La ida, perfecta como siempre, unos pocos kilómetros de agua salada separando dos continentes y el ferry atestado de turistas europeos, jóvenes y jipiosos la mayoría, en contraste con familias enteras marroquíes que volvían a su tierra cargadas de bártulos y maletas llenas de regalos y repletas de frustraciones.
Ya en Tanger el moro Mustafá le prepara la cosa... mientras, le cuenta mil batallitas de antaño, de los tiempos en que empezaron a llegar los primeros culeros europeos y sólo llevaban tatuaje los legionarios, los marineros y los golfos.
Resuelto el trato, queda lo peor, la vuelta.
En el puerto, con el estómago pesado como una lápida y unas ganas de vomitar rexona (nunca abandona), espera a que llegue el Ferry. Compra agua y bebe sin sed.
-Seguro que la mar se pone brava, siempre me pasa.-Piensa amargado.
La policía marroquí no será problema, están más pendientes de sacarle los cuartos a los automovilistas que esperan en la cola, una gran cola, horas y horas desesperadas en espera de cruzar el charco.
Por fín dentro del Ferry y con casi cuarenta minutos de viento y olas por delante Javi intenta dormir, olvidarse de su estómago y de la fatiga , olvidarse de todo. No puede, mil temores vestidos de verde y tricornio le asaltan los pensamientos, la fatiga se hace mayor.
Ya una vez en la costa española, vía Tarifa, esos "casi cuarenta minutos" le han parecido días y recorrer esos pocos kilómetros una odisea inundada de pensamientos escatológicos.
Un agente de aduanas le pide pasaporte.
-¿Doce veces en dos meses?-le pregunta el guripa.
-Tengo familia en Tanger y por eso voy tanto.-
-¿Y hace tres meses no la tenías? Acompáñame chico.
La fatiga, las naúseas y los mareos se quedaron en nada, lo peor estaba por venir en forma de miedo y humillación.
Allí, en una diminuta y sucia habitación, con el torso denudo y los calzoncillos por los tobillos fué tomando consciencia de la situación y, como me contó años despues, fué aprendiendo que hay cosas en la vida que no merecen el precio pagado.

Fin.

Buenas Noches
Pakito Dutrera.

viernes, febrero 01, 2008

CANCIONES ABRECOÑOS.

En las noches del Invierno mas profundo el hotel está casi vacío de huéspedes, en una de esas noches apareció en la puerta de la recepción con una tajá del 15 y pidiéndome una cerveza.
El tipo rondaría los cuarenta, delgado y alto, pelo castaño y largo, pantalones negros ajustados, camisa de seda y botas de punta.
-Oye tu cara me suena ¿tocas en algúna banda de rock and roll?.-le pregunté del tirón con mi inglés cobarde y un gesto de "Air Guitar".
-Soy músico pero voy solo.-me contestó con su nefasto español y más gestos.
-Y además no pretendo hacer Rock and Roll sino canciones abrecoños.-añadió tocándose la entrepierna.

Le pedí que se sentara y saqué cervezas y una botella de güisqui, no sé cuanto bebimos, mucho, tanto que mi ebriedad llegó al 15 y la suya al 30, tanto que el mostrador de recepción se convirtió en barra de bar y yo pasé de portero de noche a camarero borracho.
Después de contarme su vida y antes de marcharse a dormir la mona me regaló uno de sus discos y nos dimos un abrazo de amigos.
Se llamaba , seguirá haciéndolo, Miles Winter Roberts y su disco me mostraba a un buen cantante y compositor, amante de las guitarras españolas y de James Taylor, Carole King o DR. John entre otros grandes...
Su página es muy guapa y en ella podréis comprobar la humedad de sus canciones.
http://www.winterroberts.com/
Buenas Noches
Portero de Noche.