
EN LA TRASTIENDA.
Me ha dado por pensar en mi pueblo, me fuí hace cinco años y no voy desde hace dos, pienso en los cambios urbanísticos, en la gente que la habrá palmado, en mis amigos ya casi todos casaditos y con hijos, al final me pongo a recordar personajes populares, sus motes y las particularidades de cada uno.
Recuerdo al "Pabilo", tan canijo y desgarbado como la mecha de una vela, los bajos de los pantalones por los tobillos, su andar vacilón dando a cada paso un simpático saltito y su corte capilar a lo cepillo, por esto último los más jovenes del pueblo, allá en los ochenta, lo proclamaban con cariño como el primer punk de la ciudad, lo curioso es que por aquél entonces ya rondaba los sesenta años, por supuesto ya murió.
"El pejeta" era pequeñito y llevaba siempre gorra, cuando se cruzaba contigo te pedía una peseta y de ahí el apodo, al contrario que el Pabilo éste tenía malas pulgas y correteba por las calles a los zagales que se metían con él, si te cogía te daba pal pelo.Mas viejo que el Pabilo también la palmó.
"El Kiko" también pasaba de los sesenta años , creo que se lo decían porque se llamaba Francisco pero viendo cómo trasegaba manzanilla fina y pulía cajetillas de ducados yo empecé a dudarlo, y es que éste tío se ponía cómo el kiko, frecuentaba el bareto que yo regentaba por entonces y se enrollaba allí con los más rockeros y drogatas del pueblo, al final un matasanos sabiondo, después de muchos intentos, logró que dejara el vino y el tabaco, a los pocos meses la palmó.
"El engañalosas", este tío era profesor de secundarias, bajito, esmirriado y con gafas, además de la labor docente profesaba una extraña y surrealista cojera que nos impedía saber donde iba a apoyar el píe a cada paso, si lo mirabas fijamente al andar podías acabar bastante mareado.Éste no sé si la palmó.
"El Nabero", mote de herencia familiar el tipo era asador de castañas con un puesto ambulante, no sé si ya la palmó pero el saber popular inventó un dicho que perdurará siempre en el tiempo: "Estoy más caliente que la olla del nabero".
"El Quícalo", abuelo de un querido amigo mío y acróbata de campanarios, hacía verdaderas filigranas tañendo campanas y arriesgaba el pellejo cómo un conejo entrando en una cocina, hasta bién mayor vivió con su familia en la torre mas alta del pueblo, de ahí el apodo cernicalesco, la endiñó hace poco.
"El Bonanza", alcalde del pueblo durante más de 20 años , además del grandísimo parecido físico con el dueño de "La Ponderosa" el tipo gobernó siempre cómo si el Ayuntamiento fuera su propio cortijo, de la situación salieron infinidad de rumores y chascarrillos jocosos hacía su persona. Ya no es alcalde pero sigue vivito y coleando* pues tuvo buena vida.
Por último no me puedo ir sin nombrar al "Cuqui", dueño de una cabeza lllena de serrín y de un bar de tapas, y con dos vástagos digamos poco inteligentes que le ayudaban tras la barra, las escenas en el bar eran dignas de una buena comedia y otra vez el saber popular sacó el chascarrillo, en mi pueblo en vez de preguntarte sí eres gilipollas te preguntan:
Oye ¿tú no serás hijo del Cuqui?.
*Coleando: Dar por la cola.Sinon.:Porculeando.
Buenas Noches.
Portero de Noche.