PLENOS EN EL PLENO. II
Escaleras arriba llegué a la segunda planta de la gran casa señorial que hacía de consistorio.
Un pasillo, flanqueado a mi derecha por grandes cristaleras rodeaba el patío interior formando un gran cuadrado, las cristaleras quedaban a la altura de la Palmera.
Al fondo del pasillo, la puerta del salón de plenos estaba abierta y la gente entraba y salía corriendo y riendo.
El Sr. Torreblanca, alcalde veinte años en el cargo, apareció por el pasillo micro en mano:
-Y yo estoy aquí, aquí, para desirteeee.-Se creía que era Raphael.
Rufete el ordenanzas y Martín Carapeo, pelota oficial del alcalde, le hacían los coros y tocaban al estilo air guitar a su alrededor.
-Y yo estoy aquí , aquí, para quedarmeeee.-Raphael seguía cantando emocionado.
Me fuí acercando a la puerta, a ver que me encontraba dentro.
El capitán Tolosa, jefe de la policía municipal andaba por allí con los pantalones bajados , porra en mano buscaba a alguien a quien sodomizar.
María Pota, concejala de sanidad, había descolgado la bandera de la ciudad haciéndola jirones.
-Vendas, vendas, vendo vendas.-Pregonaba con la mirada perdida.
Zamora, uno de los electricistas del ayuntamiento enredaba con el equipo de megafonía y una caja de discos compactos, de pronto empezó a sonar la música.
-Pajaritos por aquí, pajaritos por allí.- Al son del acordeón de Maria jesus los pájaros se pusieron a bailar.
Entre baile y baile se sodomizaron, cantaron, lo pasaron bien y por fín aquella casa funcionó como debía de ser.
Todo gracias a mi primo...
... y a aquella camisa tan flamenca con cien lunares verdes recien llegada de Holanda.
Fin.
viernes, enero 25, 2008
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1 comentario:
Un relato muy cachondo y muy auténtico. Oye lo del blog punki suena muy bien. Yo firmaría como Psicopático de Mierda. Pero preferiría que lo dejáramos para más adelante porque ahora no paro con lo de mi libro y casi no tengo tiempo para otra cosa. Por otro lado habría que hablar más detenidamente sobre ello. ¿Sería sólo colgar relatos?¿Tú serías Psicopático de Noche? y ¿el Psicopático César, se apuntaría?No estaría mal que lo discutiéramos.
Lo de haber acertado a través de tus escritos era muy fácil, al sentirme tan identificado con lo que cuentas y cómo lo cuentas sólo he aplicado aspectos de mi vida a la tuya. Dudaba en lo del hermano, porque todavía no he leído ningún relato donde se hablara de la influencia de un hermano mayor, pero si no fuera así ya no podría darte los 36 años que yo tengo, sino algunos más para que por cuenta propia conocieras la música que conoces y que realmente no pertenece a nuestra época. Nosotros, los nacidos en el 70, comenzamos a quedarnos con la copla a partir de los 80, y esa colección de discos que tienes y que ya se vio reflejada en el relato del Escritor es anterior.
Muy significativo fue el relato del Canal de los Presos. Primero el elemento "bicicleta" tan característico de una aventura de aquella época, y segundo el temor a las palizas que podrían recibir los personajes del cuento, pues no he recibido yo tundas por cosas de ese tipo, los chavales del barrio estábamos metidos en todos los fregaos: casas abandonadas, polvorines militares en medio del monte y en desuso, edificios en construcción, campos de fruta y todo lugar que se preciara para vivir una aventura. Llegábamos a casa de barro hasta las trancas, con los tenis rotos, las rodillas sangrando, arañazos... no te digo na. Si te fijas un escritor más joven estaría más preocupado del susto que se llevarían sus padres, llamando a la policía, que de la bronca, porque como mucho se quedaría en una bronca. Luego está la manera en que tratas a tus personajes más bohemios, o los outsiders... en el fondo les concedes dignidad, les tienes mucho respeto, incluso al cabrón de "Pollajierro", se ve que les tratas con ternura. Conclusión: que tanto tú como yo, cada uno en una punta de España, tuvimos una educación y vivimos una época muy parecida. Es un placer leerte, Portero, gracias por el ratito que me haces pasar. Un saludo.
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