martes, agosto 29, 2006


BICICLETAS.

-Me arregla el pinchazo y el cable del freno- preguntó el Culopompa.
-Sin problemas, estará en una hora .Es una buena bicicleta de carreras, cuídala chico.-le contestó el mecánico.
-Es una lástima que esté tan gordo, pobre bicicleta.-acabé yo diciendo en plan graciosito.
El viejo mecánico se giró muy lentamente hacía mí, sin prisas, y también muy lentamente, para que me quedara bien claro, me dijo mientras se limpiaba con un trapo la grasa de las manos:
-Oye chaval quizás esa bicicleta esté hecha para él, quizás esa bicicleta le ayude a estar mas delgado ¿o tan listo que eres no lo sabias? Quizás dentro de unos años él esté delgado y tú estés gordo todo gracias a esa bicicleta ¿O tampoco sabías que el mundo da vueltas?.
Ni que decir tiene que me dejó en fuera de juego.

Desde entonces un servidor intenta no hacer gracias ni chascarrillos sobre el físico del prójimo a no ser de forma cariñosa y aceptada, aprendí bien la lección con aquella hostia verbal que me endosó el sabio mecánico de bicicletas.
Corrían los primeros años ochenta y todavía las cosas se llevaban a arreglar, eran tiempos de talleres de motos y bicis, de teles y radios, de artesanos del zapato y la ropa, eran los tiempos de los bicicarros panaderos, del aguador con barrica y mulo, de los afilaores callejeros y de los gitanos con cabra y trompeta.
El circo, las pistas de choque, el lechero, el cisquero, las máquinas pimball y el practicante, eso que hace ahora el ATS.
En esa época, con esa edad y en un barrio como el que yo crecí las bicicletas se utilizaban todo el año. En invierno, cuanto mas barro y charcos mejor.
A las bicicletas de paseo se les quitaban todas las mariconadas: guardabarros, manillar, portamaletas...para empezar después la transformación, un manillar y un guardabarro cortado de Puch Cóndor por aquí, unas manetas de freno de una Puch Cobra por allí, unos pedales de carreras por otro lado, una morcilla protectora de Derbi o un retrovisor de Vespa, todo bien encajadito y ¡hala! a pegar saltos.
Nos ibamos a un circuíto hecho por nosotros mismos en la ladera de un cerro cercano al barrio y había incluso quién se arriesgaba y se tumbaba a píe de rampa, se llegaban a poner hasta diez o doce chicos unos detrás de otros boca abajo para ser saltados, todos estábamos allí, bueno todos no, el Culopompa era el único que tenía bici de carreras y prefería la carretera, además ni siquiera vivía en el barrio, sólo iba a ver a su vieja abuela.
Buenas Noches
Portero de Noche.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buena esa postal de barrio que nos acabas de describir. Hacía ya que no recordaba la bici-cross-BH de mi vecino. Mi hermano y yo nos tuvimos que conformar con una Bh normal que nos regaló mi hermana mayor cuando cobró su primer sueldo de profesora. Para ese entonces ya él y yo teníamos 13 y 14 años. Es curioso porque de aquella había muchos hermanos que compartíamos hasta los libros del colegio y no existía ningún conflicto por esta situación. Bueno el caso es que no sé dónde habrá ido a parar la bici, pero una cosa era verdad, conocías el mecanismo del artilugio hasta tal punto que uno era capaz de construirse una con sus propias manos. Y mírame ahora, no soy capaz ni de instalar un enchufe.

Anónimo dijo...

EL pasado quedó atrás, sólo el recuerdo me transporta hasta aquellas piezas dignas de museo: los carros cojinetes; cómo se deslizaban y menudos hostiones se pegaba la peña. Era muy divertido, eso si era en una calle con bastante pendiente porque en zonas llanas tenias que valerte de otra persona para que cogieras velocidad o la fabricación de cometas caseras que conseguian con sus formas una clase de geometría que inundaba de figuras y colores el cielo o cuando patrullábamos la noche por los alrededores del barrio nos creiamos verdadera tribu de indios y nuestro objetivo cazar ratas con arcos de acero que se conseguían en una antigua fábrica y que tensábamos con cuerda de cáñamo; las flechas un platillo de alguna botella vacía aplastado en la punta de un tallo florido de plantas tipicas de zonas pantanosas que afortunadamente poseiamos cerca del barrio y que te brindaban otras alternativas para disfrutar del juego como hacer balsas con restos de madera y navegar por la laguna que formaba las lluvias de otoño- invierno;las carreras en bicicleta alrededor de un bloque de pisos que era nuestro circuito de competición para llegar ser "namberguan" tenias que conseguir muchas vueltas en el menor tiempo posible. Yo una vez casi me mato en una de las esquinas de la pista no vi llegar un hombre mayor paseando con su bicicleta, creia que no entraban espontáneos en circuitos de velocidad si en campos de futbol para hacer el gamba y luego se mofen a hostias contigo algunos seguratas en plan "Chusnorris".Elcaso es que el viejo acabo en una valla de alambres de espino que rodeaba una finca cercana al barrio y yo con la rodilla de espanto, me levante dolorido y ayudé a que ese pobre hombre se sacara de las jodidas espinas de acero, le pedi disculpas y antes de marchar me dijo: "hemos tenido suerte, hijo, pa la hostia que nos acabamos de dar. Vamos, no pasa nada, sigue jugando, en el juego esta el secreto de la vida, no lo pierdas.Mantenlo despierto. Ah, y una cosa más, vete con tu putamadre y la bicicleta a otra parte jodido juego de niños

Guindilla Dutrera. dijo...

Ay Amig@!!! Esos carros-cojinetes eran la ostia y nosotros unos temerarios en tiempos en los que no te obligaban a llevar casco en la sesera, ahí me has dao.
Y los arcos, de cajón, esas chapas de botellas servían para todo, para puntas de flechas, pa jugar al hoyito,pa la cuerda del trompo, pal futbol-chapa con porterías hechas con las piezas del Arquimo.
Por cierto ¿alguien se acuerda del Arquimo, ese juego antecesor del Tente y coetáneo del Exincastillo pero con las piezas más flexibles?
De cajón también que las ostias en bici eran diarias, también las caídas inesperadas desde tapias o agujeros de casas antiguas en ruínas, las mojadas de lluvia y las tortas de tu madre por llegar embarrao a casa.
Las duchas de cubo con alcachofa y cuerda, el papel pal culo elefante.
Los tirachinas de madera y los tiramalvas de alambre, la china, la lima y aquél viejo carro, pintado en el suelo con tiza blanca y poblado por veinticuatro gallinas y dos leones,pintado en el mismo suelo que poco a poco el coche fué robando.
Buenas Noches

Anónimo dijo...

Paso página, cabrones, me estáis haciendo llorar

Anónimo dijo...

Envidia cochina. Lo que pasa es que mi bicicleta no tenia rival.

Guindilla Dutrera. dijo...

Joder, el culopompa, erhijoelcuqui, los fantasmas del pasado van apareciendo, ha comenzado el exorcismo.