miércoles, noviembre 08, 2006


UNA NOTA EN LA TAQUILLA II.


Veinte centímetros es lo que tapa su falda, el resto, un metro de lujuria en cada pierna con tacones incluidos está todo a la vista.
Me releva a las ocho de la mañana pero está llegando cinco minutos tarde todos los días, hoy eso da igual porque me quedaré un rato, tengo que preguntarle algunas cosas.
Tras una noche tranquila, la tercera, en la que el sonido del viento y la lluvia apagó todo ruido nocturno, el desagradable y estridente pito del portero electrónico me saca de mis pensamientos a las ocho y cinco en punto, activo la cámara de seguridad y su rostro de señorita pepis aparece en el pequeño monitor, es ella.
-Oye Pilar, ¿se sabe algo del anterior portero de noche?
-Nada que yo sepa, si teme por su puesto no se preocupe, ese sujeto está vetado en esta empresa de por vida y tampoco creo que nadie le eche demasiado de menos.-
-Pero tendrá familia, amigos, que se yo.-
-¿cree usted en los milagros?.-
-De momento no ¿por qué?.-
-Porque sí alguien de la raza humana siente el mínimo afecto por ese energúmeno si que sería un verdadero milagro. Mire le voy a dar un consejo, olvídese de ese tipo, aquí todos creemos que estaba un poco loco.
-Pero ¿tan mal tipo era?-
-Más que malo era desagradable, no saludaba, vivía en una furgoneta y no se relacionaba con nadie, pero claro, meter no se metía con la gente, hacía su trabajo y se iba, aunque algunos dicen que hacía cosas raras.
-¿Algunos?.-
-Bueno...Don Leandro es el que lo dice, un anciano que se levanta a las cinco de la madrugada para andar por las calles, pero todo el mundo sabe que Don Leandro está un poco "pallá".
-¿Y que dice el bueno de Don Leandro?
-Pues que el portero entraba y salía del hotel y que también entraba y salía en la antigua casa, la que están derribando, que si criaba gatos y más historias. No sé , locuras de viejo o en caso contrario, actos de un tipo que no duerme nunca de noche, que no tiene casa.-


Ya en la puerta del hotel la sinfonía ensordecedora de excavadoras y grúas empieza a tronar en el derribo de la casa colindante, las voces de los obreros y los ruidos metálicos apagan todo el piar de los tempraneros pájaros urbanos. De aquí a unos días y a pesar de la lluvia allí donde había una gran casa sólo quedará un solar, vacío y a la espera de nuevos apartamentos de lujo.
Yo enfilo el camino a casa, buscando el calor de mi cama, contento de no estar en el pellejo de uno de esos obreros y pensando en casas abandonadas y familias de gatos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho. Nuevos personajes y un misterio sin resolver. Apuesto a que nuestro anterior portero hará alguna incursión futura sin que nadie se lo espere. Ah! dile a la señorita Pepis que yo sí le tenía aprecio.

Anónimo dijo...

no sigas buscando explicaciones, estás condenado, TU seras el siguiente.No te guardo rencor, pero... ten cuidado, puedo estar en cualquier parte, en el armario, bajo las escaleras, sentado junto a ti en la barra de cualquier bar...

dolors dijo...

Estoy tumbada en el suelo mirando las vigas de hierro esperando a que el auténtico portero de noche venga a rescatarme.

Guindilla Dutrera. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Guindilla Dutrera. dijo...

Para los que echen de menos al porterito loco buscadlo en
www.cementeriodeautomoviles.blogspot.com
Podeis entrar directamente por aquí clickeando en "View my complete profile"

Dejaremos este espacio al nuevo a ver que se cuenta.

Desde los infiernos...
Portero de noche.

Guindilla Dutrera. dijo...

Tengo problemas con el ordenador, alguna energia extraña me está robando las letras y ya son dos capítulos, la corriente eléctrica viene y va y los clientes se quejan porque el agua sale fría.
He estado explorando los rincones del edificio que no conocía.
En cuanto el diablo salga de esta máquina os cuento.
Me largo, antes de que me robe ésto que escribo ahora...